En los últimos anyos la epigenètica está demostrando que nuestros genes estan íntimamente relacionados con nuestro entorno. Es decir, que el comportamiento de los genes de un organismo no se puede separar de las circumstancias externas en las que vive dicho organismo pues ésas tienen una incidencia directa en éste. En éste sentido, podríamos decir que hay genes que se manifiestan si y sólo si aparecen ciertas condiciones externas o al revés, otros genes no se actualizaran nunca si no hay ciertos requisitos en el entorno en el que vive un organismo o individuo.
Es más, autores como Bruce Lipton, han defendido la tesis de que las creencias del individuo y su visión del mundo también tienen una influencia directo en la aparición o no de ciertas enfermedades que tienen un componente genético. Les creencias también forman parte del entorno.
El Julio pasado nacieron pollitos en la Serratosa y con el paso del tiempo, dos de éstos pollitos se convirtieron en gallos. Nos costó distinguir a uno de ellos como gallo pues parecía una gallina: cresta descolorida, pecho undido y muy pequeñito de tamaño. El otro gallo era claramente el macho dominante y lo sabía; cantaba ya desde primera hora de la mañana y desenvolvió una bella silueta y unas plumas blancas hermosas.
Pero ya sabrás que pasa con lo de dos gallos en un mismo corral. Decidimos dar a uno de los dos y elegimos al gallo más bonito. Y en pocas semanas tuvimos una sorpresa en mayúsculas. Nuestro gallo gallina empezó a cambiar ciertos aspectos de su organismo al saberse el nuevo macho alfa. Hasta entonces nunca había cantado y en cuestión de tres semanas aprendió a hacerlo; primero sacaba un sonido inquietante pero, poco a poco, elaboró un canto melódico y potente. Su cuerpo se estilizó, intensificó el rojo de su cresta y empezó a perseguir a las gallinas con las que hasta entonces había tenido como simples compañeras con quien compartir el pienso; la epigenética nos estaba hablando en directo. Algunos genes de ese gallo se manifestaban de repente a partir de ciertos cambios externos.
Y éste gallo es un ejemplo, de nuevo, de la importància de nuestro entorno a la hora de convertirnos en una persona o en otra. No estoy hablando sólo de la manera como nos alimentamos o en que entornestic parlant només de com ens alimentem o en que entorno físico vivimos sinó también, y sobretodo, del tipo de personas con las que compartimos nuestra vida. Cómo nos hacen sentir? Qué imagen de nosotros/as nos devuelven? Nos cuidan? Qué creencias nos refuerzan en relación a la vida, la confianza o el amor? Y en éste sentido, normalizar y acostumbrarse a relaciones que nos hacen daño es cavar nuestra propia tumba o animar a los peores genes que hay en nosotros/as.